Política

Con la ayuda de radicales y macristas el Gobierno logró evitar que rechacen los fondos reservados para la SIDE

El pichettismo fracasó en su intento por forzar un cuarto intermedio en la sesión de este miércoles, con el propósito de que se pudiera sostener la convocatoria al recinto prevista originalmente para este jueves bajo la intención de debatir el decreto que amplía los fondos reservados de la SIDE. Por 122 votos contra 115, la bancada Encuentro Federal (EF), expresada en esta iniciativa por Nicolás Massot, perdió la disputa, y minutos más tarde tuvo que anunciar que pospondrían el llamado “debido a la obstrucción” del oficialismo y los aliados.

La derrota había empezado a cocinarse ya durante la reunión de Labor Parlamentaria, tal como explicó LPO. En ese momento, Miguel Pichetto planteó que el reglamento habilitaba a interrumpir la sesión en curso por un cuarto intermedio hasta la semana entrante y reabrir el recinto mañana, con otro temario en otra sesión, pero Martín Menem, el macrismo y los radicales se opusieron.

Luego del frustrado intento de Massot, fue el lilito Maximiliano Ferraro quien reclamó que se incorporase el DNU a la lista de expedientes en discusión. El riojano accedió a la solicitud y sometió la iniciativa a votación pero el saldo fue de 135 voluntades por la afirmativa y 100 por la negativa, cuando se necesitaban las tres cuartas partes de los presentes.

El resultado terminó de desinflar el ánimo del peronismo y el pichettismo, aunque dos diputados de la UCR consultados por LPO trataron de mostrarse optimistas. “Demostramos que con 135 votos podemos voltear el DNU”, se jactó uno de ellos, mientras que el otro reivindicó que hubo 18 radicales sobre 34 que acompañaron el pedido de Ferraro.

Un diputado de Carrió denunció que la SIDE de Santiago Caputo gasta 3 millones de dólares por día sin control

LPO había informado que desde La Libertad Avanza (LLA) habían anunciado el compromiso de conformar la Bicameral de Inteligencia, algo que también reclamaban los senadores aliados Eduardo Vischi y Juan Carlos Romero en la reunión que tuvieron el martes con la vicepresidenta Victoria Villarruel y el vicejefe de Gabinete, Lisandro Catalán. 

Hubo 18 radicales sobre 34 que acompañaron el pedido del lilito Maxi Ferraro de tratar el rechazo al DNU de los fondos reservados.

Si bien desde el entorno de Emilio Monzó, el principal damnificado por la integración resuelta por Menem, dijeron durante la tarde del miércoles que “nada tiene que ver la conformación de la Bicameral con el tratamiento del decreto de la SIDE”, el desarrollo de la jornada sembró suspicacias sobre la conducta de fracciones minoritarias pero determinantes en el radicalismo.

Desde el comienzo de la semana, el gobierno había implementado un juego de pinzas con la promesa de acelerar la designación de autoridades de la Bicameral de Inteligencia, por un lado, y la presión sobre mandatarios provinciales para que persuadan a sus legisladores de no dar quórum a la sesión convocada por Massot. Las reuniones de Menem con Raúl Jalil y Rogelio Frigerio que reveló LPO cobraron otro sentido con el paso de las horas.

En un despacho sin ataduras con el gobernador de su provincia, por caso, confesaron que los diputados de su tierra recibían llamados de su jefe político. Similar era la situación de una fracción del radicalismo, en aquellas jurisdicciones donde los lazos de organicidad entre el mandatario y el legislador son aceitados. “Los gobernadores están recibiendo plata, más o menos, no importa, pero piden a sus diputados que se ordenen”, admitieron ante LPO.

Desde el comienzo de la semana, el gobierno inició una presión sobre los gobernadores para que persuadan a sus legisladores de no dar quórum a la sesión convocada por Massot. Las reuniones de Menem con Raúl Jalil y Rogelio Frigerio se entendieron con el avance de la sesión.

Un detalle que los observadores más agudos destacaban en los pasillos del Congreso era que esa convocatoria no había sido firmada por Pichetto, sino por el legislador bahiense y otros colegas suyos. “Pichetto no está de acuerdo con voltear el decreto pero respaldó a sus diputados”, argumentó una fuente parlamentaria.

La estrategia del oficialismo solo tambaleó, más allá del desorden que habilita Menem casi como si fuera una estética de su conducción, al inicio de la sesión y cerca de las 19, cuando el peronismo los sacudió con pedidos de apartamiento del reglamento y mociones de orden. 

De hecho, el riojano tuvo que llamar a un cuarto intermedio porque Germán Martínez y el FIT amagaban con arrastrar una cantidad de diputados fuera del recinto y dejar a LLA sin quórum, si no se admitían las cuestiones de privilegio que apuntaban contra el propio Menem, el grupo de los seis que visitaron a los genocidas en el penal de Ezeiza o la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

Los diputados peronistas José Glinski y Máximo Kirchner.

Fue en ese momento que el diputado Eduardo Toniolli planteó una cuestión de privilegio contra Menem por “haber generado las condiciones operativas que permitieron que un grupo de integrantes de este cuerpo hayan visitado el penal de Ezeiza condenados por delitos de lesa humanidad”. Asimismo, el santafecino aclaró que “no fue un hecho aislado”, y cargó contra Beltrán Benedit y Guillermo Montenegro por haberse trasladado en un vehículo oficial a la unidad penal N° 34, ubicada en Campo de Mayo.

Igual que frente a las demás cuestiones de privilegio, el presidente del cuerpo derivó el recurso a la Comisión de Asuntos Constitucionales, presidida por Nicolás Mayoraz. Como señaló después Martínez, ese legislador es uno de los miembros del chat animado por jueces, fiscales, curas y dirigentes libertarios que buscan elaborar un decreto para otorgarles prisión domiciliaria a los represores condenados que sean mayores de 70 años. Al cierre de esta nota, la victoria del oficialismo parecía más que contundente.

Fuente: La Politica On Line

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