Este es el significado de que tu perro te muerda de manera suave el brazo o la mano
Cada animal es un mundo diferente. Su forma de ser y de relacionarse va de la mano con su crianza, la cual puede ser traumática al alejarse de su madre, padre y hermanos para ser adoptado a otra familia. En el caso de los perros, su relación con los humanos suele ser tranquila, aunque algunos deslices llaman la atención y es por eso que se requiere la intervención de un adiestrador o especialista en salud canina.
Una de las reacciones más comunes en los perros -como así también en los gatos- es morder la mano de su amo o de cualquier persona que intente jugar con ellos. Aunque parezca un gesto amistoso, la ferocidad de la mordida puede asustar a quien no conozca el animal e identifique esa actitud como agresiva, marcando así una distancia para relacionarse.
Este proceder de los perros es uno de los tantos enigmas que encierran al mundo animal. A la hora de buscar soluciones para comprender la psiquis de estos animales, los veterinarios aseguran que si el can muerde de manera suave la mano o el brazo de una persona, indica que quiere jugar y acepta tu presencia.
Con la confianza establecida de antemano, se recomienda buscar una actividad en conjunto con el perro, como usar juguetes, sogas u objetos que puedan captar la atención. De esta forma, el vínculo entre la persona y el animal se fortalecerá con el correr del tiempo y esa mordida suave del perro quedará como una anécdota.
Qué sucede si la mordida es cada vez más fuerte
Ante la hipótesis inicial de detectar por qué los perros muerden de manera suave el brazo de los humanos, también se estableció otra teoría en caso de que la intensidad suba sideralmente y los dientes del animal empiecen a causar daño en la integridad física.
Aunque el umbral del dolor sea diferente en cada persona, si el perro ejerce una fuerza desmedida con su mandíbula puede provocarnos heridas en los brazos y manos. En este caso particular, los veterinarios dividen el caso en dos partes. La primera, relacionada con el instinto animal, indica que el perro ve esta parte del cuerpo como una presa. Esta actitud también es vista en los gatos, quienes tienen un instinto de caza superior al de los canes.
A raíz de esto, una posible solución es que el dueño del perro pueda consultar con un adiestrador canino, quien observará sus comportamientos con detenimiento y le hará algunas preguntas para conocer cómo fueron sus primeros meses de vida y otros datos útiles para comprender cómo fue la vida apegada a su familia.
Todas estas recomendaciones también se suman al cuidado del propio animal, quien debe tener un espacio libre para moverse, hacer sus necesidades y relacionarse con mascotas de su misma especie, con el fin de liberar energías y así moldear algunas conductas indeseadas que ponen en alerta a las personas.
Por este motivo, y otros tantos, se aconseja que cualquier animal doméstico tenga una visita periódica con veterinarios o especialistas en la salud para revisar su contextura física y alimentación para así prevenir estos contratiempos.
Fuente: InfoBae