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China y Japón pactan una supervisión internacional del vertido de agua de la central nuclear de Fukushima

Los gobiernos de China y Japón han alcanzado un acuerdo para la supervisión a largo plazo de la calidad del agua vertida desde la central nuclear de Fukushima a través de un mecanismo internacional que permite a otros países, incluida China, tomar sus propias muestras para su análisis. El acuerdo incluye la «plena cooperación» de Japón «para la creación de un mecanismo de vigilancia internacional a largo plazo independiente y eficaz en el que los participantes pueden intervenir significativamente», ha destacado el Gobierno chino en un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores. El mecanismo dependerá del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y permitirá a «los países participantes llevar a cabo vigilancia y muestreos independientes, así como comparativas entre laboratorios». Pekín explica además que como participa en esta «vigilancia internacional a largo plazo», «comenzará a ajustar las medidas relevantes basándose en evidencias científicas y a reanudar gradualmente las importaciones de productos acuíferos japoneses que cumplan con la normativa». Japón comenzó hace algo más de un año a liberar el agua de la central de Fukushima, previamente tratada para evitar daños para el medio ambiente. El OIEA ha confirmado en sucesivos informes que no existe riesgo alguno, pero en un primer momento los países de la zona expresaron sus dudas. El Gobierno japonés había criticado los vetos al pescado y Pekín está ahora dispuesto a «ajustar» a algunas de las medidas. No ha puesto fecha a la reanudación de las importaciones, si bien ha sugerido que levantará el veto una vez haya podido implicarse en todo el proceso de vigilancia de las aguas para descartar en primera persona la posible contaminación. La central nuclear de Fukushima sufrió un grave accidente en 2011, derivado de un terremoto y un posterior tsunami. La empresa responsable había reclamado la liberación del agua, previamente tratada, alegando que seguir almacenándola en grandes tanques en la central suponía un riesgo mucho mayor en caso de un nuevo desastre natural.

Fuente: InfoBae

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