El hongo de la eterna juventud: es un gran antioxidante natural que fortalece el sistema inmune y atrasa el envejecimiento

Una alimentación saludable es una de las formas naturales para alcanzar una piel sana y radiante. Consumir frutas, verduras y proteínas ayuda a que nuestro cuerpo reciba los nutrientes esenciales para reparar y regenerar la epidermis. 

Desde hace siglos el hongo Reishi, mejor conocido como el “hongo de la inmortalidad“, ha sido objeto de estudios científicos en los que se pudo demostrar la multiplicidad de sus usos medicinales. 

Sus cualidades son tan benéficas que, en Oriente, se lo emplea desde los comienzos de la medicina herbolaria y es reconocido como una “hierba superior”. 

Especialistas de una de las unidades ejecutoras del CONICET-Bahía Blanca mostraron interés por este hongo y desarrollaron un proyecto propio. 

“El hongo de la inmortalidad”: propiedades y beneficios

Hongo Reishi maduro crecido sobre un sustrato formulado a base de cáscara de girasol. (CONICET)

A pesar de que las propiedades medicinales del Reishi ya eran conocidas hace milenios en Oriente, no fue hasta la década de los 80 que comenzó a estudiarse en Occidente.

El estudio del CONICET explicó cómo llegó a atributase a numerosos efectos terapéuticos como los anticancerígenos, antivirales, hipocolesteromiantes y antihipertensivos. 

“Sus efectos beneficiosos se deben a los más de 400 componentes bioactivos, especialmente a los ácidos ganodéricos que le dan al hongo su característico sabor amargo, además de ser potentes agentes antitumorales, y también a los polisacáridos, que tienen un efecto inmunorregulador”, explicaron los científicos. 

Beneficios

• Anticancerígenos: el hongo demostró ser efectivo como coadyuvante en la terapia contra el cáncer, con resultados positivos tanto en la actividad antitumoral como en el tratamiento de los efectos adversos de los quimioterápicos comúnmente utilizados.
• Antiinflamatorios: contiene compuestos con gran actividad antiinflamatoria y pocos efectos adversos.
• Actividad anti-envejecimiento: debido a su actividad antioxidante se está investigando su uso en productos dermatocosméticos, además de favorecer una vida más larga y saludable por su valor adaptógeno.
• Actividad inmunoreguladora: balancea al sistema inmune.
• Actividad hepatoprotectora.
• Actividad antidiabética: ciertos componentes incrementan la insulina en sangre y con eso llevan a una reducción de la glucemia.
• Actividad antibacteriana y antiviral: además de su actividad contra el HIV, se están estudiando sus efectos en contra del virus del herpes.
• Actividad hipocolesterolémica: inhibe la producción endógena de colesterol.
• Actividad antihipertensiva.
• Actividad anti-insomnio: prolonga y mejora la calidad del sueño.

“Como antibiótico, refuerza la resistencia del organismo a las bacterias, hongos, parásitos y virus, tanto directamente o en combinación con otros medicamentos. Su uso no implica dejar de lado los tratamientos habituales para las enfermedades, pero su consumo ayuda a mejorar el estado general”, indicó una de las investigadoras Débora Figlas.

¿Cómo consumir el hongo que retrasa el envejecimiento?

Cultivo de Reishi en sustrato formulado a base de residuos de la agroindustria del arroz. (CONICET)

Una desventaja que señalan los científicos es que este hongo, a diferencia de otros medicinales, no es comestible ya que posee un sabor amargo y textura leñosa. Sin embargo, es posible consumirlo en infusiones y suplementos dietarios. 

Es posible encontrar diferentes formatos del suplemento como cápsulas, polvo o líquido. Pero sea cual sea la fórmula, se recomienda hacerlo en ayunas para una mejor absorción o antes de acostarse para un buen descanso.

Es importante recordar que, antes de consumir este tipo de medicinas naturales, se debe consultar a un profesional de la salud. 

Fuente: 

• https://bahiablanca.conicet.gov.ar/boletin/boletin29/index5d2e.html?option=com_content&view=article&id=2134&Itemid=1171
• https://bahiablanca.conicet.gov.ar/boletin/boletin29/indexdcee.html?option=com_content&view=article&id=3677&Itemid=1918

Fuente: El Cronista