Crimen de Fernando Báez Sosa: la madre rompió el silencio tras la entrevista a Máximo Thomsen
La madre de Fernando Báez Sosa, el joven de 18 años asesinado a golpes a la salida de un boliche en Villa Gesell en enero del 2020 realizó un descargo tras la entrevista a Máximo Thomsen.
En su cuenta de Instagram, Graciela Sosa compartió una foto de la zapatilla que usó el rugbier para matar a su hijo, según se comprobó en el juicio. “Nunca se olviden que es la sangre de mi hijo. Es imposible perdonar lo que hicieron”, expresó.
Sobre el calzado con sangre, Thomsen sostuvo en diálogo con Telenoche que no recordaba haberle pegado en la cabeza y negó haber tenido contacto visual con Fernando dentro del boliche, como así también de haber conversado en grupo sobre ir a buscarlo después.
“Podrán hablar de arrepentimiento, de llanto, de ‘su libertad’, pero la única víctima es, fue y será Fernando Báez Sosa, asesinado a golpes”, decía el texto acompañado con una fotografía de ella junto a su esposo, Silvino, y Fernando.
Sobre la zapatilla, el condenado subrayó entre lágrimas que no recordaba mucho. “Solo me acuerdo de que entré pateando. En el juicio sí dije que era mía porque nunca me quise esconder de lo que pasó. Si no culpan que sea por algo que pasó, no por algo que dicen que pasó”.
“Participé, le pegué, pero nunca quise que esto terminara así. Porque también es un cargo de conciencia grande. Cuando uno no lo busca, no se espera estas consecuencias. Fue culpa de nosotros, también culpa mía. Nadie lo quiso así, ni mis amigos ni yo. Podemos ser buenas o malas personas, pero ninguno quiso que terminara así. Nadie es quién para quitarle la vida a una persona”, reconoció.
¿Qué dijo Máximo Thomsen en la entrevista?
Máximo Thomsen es el primero de los ocho rugbiers condenados por el asesinato de Báez Sosa, ocurrido el 18 de enero de 2020. El condenado aseguró que quería contar su versión de los hechos desde hace cuatro años.
Además, explicó que el resto de los involucrados no eran sus amigos íntimos, sino que solo eran un grupo para vacacionar y que las peleas y violencia a la salida de los boliches estaban normalizadas y en Zárate, su ciudad natal.
Thomsen fue condenado por homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado de dos o más personas. Él junto a Luciano Pertossi, Blas Cinalli, Ciro Pertossi, Enzo Tomás Comelli y Matías Franco Benicelli fueron encontrado culpables.
Al inicio de la investigación también se detuvo a Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi, pero ambos fueron sobreseídos por falta de mérito. “Jamás se me cruzó por la cabeza que lo habíamos matado”, reconoció.
“Yo entré en consciencia de lo que había pasado cuando dormí la primera noche en la comisaría. No me siento un asesino”, admitió. Para él la palabra asesino es “muy fuerte” porque lo están comparando con “gente que mata por matar”.
Después de que la Cámara de Casación bonaerense confirmara su prisión perpetua y las de los Pertossi, Comelli y Benicelli a fines de marzo, el joven rompió la unidad de defensa y designó a un nuevo abogado, Francisco Oneto.
La intención de la nueva defensa es dar marcha atrás con la acusación de que el asesinato de Báez Sosa se trató de un crimen premeditado, aunque Thomsen reconoció que él fue uno de los rugbiers que golpeó a la víctima antes de que muera.
“Recuerdo que entré a tirar patadas. Por mi cabeza pasaba que me estaba metiendo en una pelea. Yo no le pegué una patada en la cabeza a Fernando, fue Ciro”, sentenció para responsabilizar a otro de los jóvenes.
Relató que “nunca” se peleó dentro del boliche. “Nunca tuve contacto visual con Fernando. Cuando me sacan, siento que me estaban asfixiando. Afuera mis amigos se vuelven a pelear y cuando terminan cruzamos. De frente vemos alguien que nos hacía burla y era Fernando”.
Al cierre de la nota aclaró que no estaban festejando en el video donde se los ve abrazarse minutos después del boliche.
Fuente: El Cronista