La piedra preciosa que se usa mucho en joyería y que no sabías que tiene propiedades protectoras y espirituales
La turquesa es una piedra preciosa ampliamente valorada en el mundo de la joyería. Destaca por su vibrante color azul verdoso y su belleza estética, como también por sus sorprendentes propiedades protectoras y espirituales.
A continuación, te explicamos cuáles son las cualidades de la turquesa y cómo utilizarla en la meditación para explotar al máximo sus propiedades. ¡Si sos un apasionado de las gemas, seguí leyendo!
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Propiedades de la turquesa
Según la revista Clara, la turquesa es una piedra preciosa de un tono azul verdoso muy característico. Pero no solo destaca por su belleza. Según astrólogos y curanderos, la turquesa puede protegerte de males y ayudarte a conectar con tu energía positiva.
Tiene un gran poder sanador y es conocida por su capacidad para calmar y relajar, por lo que se recomienda a personas con ataques de pánico o ansiedad. Puede disminuir el estrés, el nerviosismo y la tensión.
También se cree que la turquesa protege contra malos augurios. En la antigüedad, se pensaba que cambiaba de color para alertar a su portador de energía negativa y volvía a su color original cuando el peligro pasaba.
Los expertos también afirman que puede ayudar a las parejas a reconciliarse, aportando armonía y estabilidad a la relación, y mejorando el deseo sexual.
En cuanto a la salud física, algunos curanderos aseguran que la turquesa puede ayudar con:
- El asma.
- La depresión.
- Los dolores estomacales.
- El reuma.
- Las infecciones de pulmón.
- La garganta.
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¿Cómo meditar con la piedra preciosa turquesa?
La meditación puede ser una herramienta poderosa para desbloquear el chakra y la turquesa puede potenciar este proceso.
Para meditar con una turquesa, simplemente encontrá una postura cómoda, colocá la piedra sobre tu garganta y respirá profundamente.
Cuando alcances un estado de relajación adecuado, enfocá tu atención en la turquesa y visualizá su luz irradiando hacia tu garganta, disolviendo cualquier bloqueo.
Después de varias sesiones de meditación, asegurate de limpiar y recargar la turquesa. Podés colocarla sobre sal durante la noche y enjuagarla con agua por la mañana.
De esta manera, podrás aprovechar al máximo las propiedades de la gema para facilitar una comunicación más auténtica y sincera en tu vida diaria.
Fuente: El Cronista