Retorna el rojo a las cuentas fiscales y el plan demanda recuperar ingresos
El Gobierno marcó un rumbo y definió un plan de acción drástico destinado a conseguir resultados inmediatos. Hasta ahora su estrategia fue exitosa: recortó todos los gastos posibles y consiguió, en los dos primeros meses del año, un inimaginable superávit primario y financiero. Pero como auguraban los economistas, ese sendero no era sostenible. En marzo se combinó con una dura caída de los ingresos, y a juzgar por las cifras que maneja la Secretaría de Hacienda, el rojo está cerca de teñir otra vez a las cuentas públicas. El dato no tendrá un impacto negativo para los inversores, que siguen entusiasmados por el sendero de cumplimiento que muestra la gestión de Javier Milei, porque la suma del primer trimestre alcanza para decir que se sostuvo un resultado favorable. Pero puertas adentro, marca la necesidad de contar con una estrategia diferente.
La Asociación Argentina de Presupuesto (Asap) difundió ayer su informe de marzo. Su insumo es una radiografía de los gastos e ingresos tomada a través del Sidif, el sistema que utiliza la Administración Pública Nacional para gestionar la ejecución presupuestaria. Las cifras son provisorias, pero las conclusiones no.
En marzo los ingresos totales ajustados por inflación mostraron una caída de 15% frente al año anterior. El IVA retrocedió 30% real, y Ganancias, 39%. La baja de 12% en la recaudación no pudo ser compensada por el excepcional resultado del impuesto PAIS. En los primeros tres meses, el acumulado también da rojo, pero mucho menor: 3,6%.
En dicho mes, los gastos devengados se desplomaron 42% en términos reales, destacándose la retracción del gasto de capital, que alcanzó 84,3%. El resultado primario fue deficitario por primera vez en el año, aunque por una cifra acotada: $ 15.000 millones. Con un poco de habilidad contable y algún pago que engrose la deuda flotante, el equipo económico podría defender un tercer superávit primario. El financiero será más difícil, ya que a priori el rojo en ese renglón supera los $ 300.000.
Lo que revela esta foto provisoria no es una sorpresa, pero demuestra por qué el Gobierno se sentó a negociar un proyecto de restitución de Ganancias que sea votable por el Congreso, por qué en abril desenchufaron la licuadora de la ANSeS y recortaron fuerte los subsidios energéticos. También explica la energía que pone Luis Caputo para cuidar el sendero descendente de la inflación (como demostró en su cruce con las prepagas). Engrosar los ingresos vía una mejora del consumo no es un acto orientado a mantener la imagen en las encuestas. Tiene que ver con el objetivo básico del plan: defender a capa y espada el ancla fiscal.
Fuente: El Cronista