Massa cultiva el perfil bajo, pero le abre la puerta a un cambio de conducción y de marca al Frente Renovador
El viernes a las 10 de la mañana, en Parque Norte, el Frente Renovador (FR) celebrará su congreso partidario. Será exactamente a la misma hora en la que, en el microestadio de Ferro, los dirigentes del Partido Justicialista (PJ) también lleven adelante su congreso, presidido por el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán. Dos de las principales terminales que tiene Unión por la Patria (UP) en esta etapa en la oposición se mueven y se tratan de reinventar desde el llano.
En las oficinas de Avenida Libertador, donde Sergio Massa tiene su base de trabajo, aseguran que el ex ministro de Economía no será de la partida. Seguramente enviará un mensaje, una línea política para marcar el camino por donde cree que debe transitar su partido. En su ausencia, advierten, está parte del mensaje. “No quiere tener un cargo partidario. Apuesta a una renovación generacional en los cargos jerárquicos y en la conducción del Frente Renovador”, indicaron.
Más allá de la voluntad de generar un cambio de caras, la jefatura política del partido no hay dudas que corresponde a Massa. La verticalidad no se desintegrará. El ex ministro está concentrado en su trabajo al frente de la Fundación Encuentro, donde lo acompañan varios ex funcionarios durante su paso por el Palacio de Hacienda, y en el asesoramiento que lleva a cabo en el fondo de inversión estadounidense Greylock.
En lo formal, el Congreso del FR servirá para renovar autoridades y tratar temas puntuales sobre la situación del partido en el interior del país. Massa quiere refrescar la cúpula partidaria. El actual secretario general es el ex intendente de La Banda, Salta, Pablo Mirolo. Su ciclo está cumplido. También el de Rubén “Turco” Eslaiman, principal dirigente en la provincia de Buenos Aires. El legislador preside el esquema a nivel bonaerense y, tal como lo pidió Massa, cree que es tiempo de una nueva generación. En el esquema político no dejan trascender ningún nombre que sea reemplazo asegurado.
En el orden del día convocado aparecen ocho puntos a tratar: la presentación de la nueva estructura organizacional; la renovación de la marca; la comisión de poderes; la elección de autoridades partidarias, del cuerpo de apoderados nacional y provincial, y las juntas promotoras; la conformación de las comisiones; la intervención de Tucumán; la situación del partido en Jujuy, Córdoba, Neuquén, Entre Ríos, Formosa, Misiones, Salta, San Luis, Santa Cruz y Mendoza; y las nuevas campañas de afiliación.
El segundo punto a tratar tiene que ver con un rediseño estético de la marca. El partido se seguirá llamando de la misma forma, pero habrá una modificación en el logo. Sumado al cambio de nombres en la conducción, con ese plan de acción Massa aspira a modernizar y revitalizar el partido que creó en el 2013 y que se mantuvo a lo largo de estos años en distintas zonas de influencia del armado político del peronismo y de la estructura del Estado.
“Sergio quiere mostrar que el partido sigue fuerte”, detalló un histórico dirigente del FR sobre el objetivo del encuentro del viernes. En los hechos, esa fortaleza quedó expuesta en la primera sesión del año de la legislatura bonaerense, cuando en el medio de una tensión por los cargos en la estructura del gobierno de Axel Kicillof y la demora en el giro de fondos a los municipios, los diez legisladores del massismo se ausentaron de sus bancas para enviar un mensaje al Gobernador. Quisieron mostrar que tienen poder de fuego.
La que está más encima del armado del congreso es Malena Galmarini. La ex titular de Aysa, que sigue vinculada a la política trabajando en unas nuevas oficinas de Puerto Madero, se está encargando de coordinar y ordenar el encuentro partidario. Sin cargo ni designaciones, en su entorno dicen que está abocada al Frente Renovador y a descansar de varios años en lugares de gestión, además de cuidar su estado de salud.
Según explicaron cerca de Galmarini, la ex funcionaria nacional rechazó tres propuestas de Kicillof en el último tiempo. La última, estar al frente del Grupo Bapro. “Hay una decisión de Malena de no formar parte de los equipos”, aseguraron. La relación con Kicillof no pasa su mejor momento. Tampoco hay una guerra. Al menos, así lo dejan en claro quienes conocen el massismo desde adentro.
En el FR quieren bajarle el tono a las controversias con Kicillof. Massa y el Gobernador se hablaron por teléfono el sábado en medio de la turbulencia política que generó el pedido del diputado José Luis Espert para que los bonaerenses no convaliden ni paguen el aumento de impuestos en Buenos Aires. En esa comunicación el mandatario le pidió al ex ministro que los intendentes del Frente Renovador confronten, junto a él, contra el oficialismo, que había llamado a una rebelión fiscal. Una banca política en el medio del tiroteo con la Casa Rosada.
Kicillof volvió a ser el blanco del gobierno nacional. Javier Milei le criticó con dureza por el aumento de impuestos. “Es gravísimo y nunca ocurrió que un Presidente llame a incumplir la ley”, dijo el mandatario bonaerense ayer, después de que el Presidente apoyara el pedido de Espert para que los ciudadanos no paguen los impuestos con el aumento.
El Gobernador tiene abierto distintos frentes de conflicto. Con La Cámpora, puertas adentro del peronismo. Con el Gobierno, en el mapa nacional. Con el Frente Renovador hay una relación sinuosa. En La Plata también le bajan la espuma a la tensión. Hay gestos de buena voluntad de ambos lados del mostrador.
Massa está cultivando el perfil bajo. No se expresa en público sobre la gestión de Milei, pero da vía libre a los legisladores que le responden para cuestionar y alertar sobre el impacto que tienen las medidas económicas del Gobierno sobre la clase media, las pymes, los jubilados y los trabajadores formales, todos parte de la agenda política y de trabajo histórica del frente que lidera.
Fuente: InfoBae