Los desafíos logísticos obstaculizan el voluntariado en la zona afectada por el terremoto en Japón
El voluntariado para ayudar en la zona central de Japón que fue azotada por un terremoto de magnitud 7,6 se ha estancado por problemas de logística entre los que se encuentra la insuficiencia de alojamientos y las malas condiciones de las carreteras. Aproximadamente 23.000 personas se han registrado para ser voluntarias en la prefectura de Ishikawa; sin embargo, actualmente solo se está permitiendo ayudar a unas 250 cada día en la región norte de la península, la más afectada, según ha informado la agencia Kiodo. El terremoto del día de Año Nuevo en la costa del mar de Japón se cobró más de 240 vidas, provocó incendios y dejó un rastro de destrucción a su paso. La ciudad de Wajima, en Ishikawa, ha comenzado a aceptar voluntarios este sábado, y unos 40 de ellos han ingresado a la ciudad y han estado limpiando escombros, entre otras tareas. «No pude hacer esto solo, así que es útil», ha asegurado Koicho Tanaka, de 60 años, que ha necesitado ayuda para sacar tatamis que habían sido dañados por el agua en un alojamiento que dirige. Sin embargo, algunos de los que han acudido a ayudar han notado la falta de voluntarios en la zona, como el luchador profesional Kazutaka Hasegawa, que ha señalado que «nunca había oído hablar de que solo se permitiera la entrada a 40 personas el primer día. Los trabajos de reconstrucción llevarán mucho tiempo a este ritmo». Hasta este sábado, ocho municipios de la región han solicitado ayuda de todo el país y, aunque las inscripciones comenzaron el 6 de enero, el trabajo voluntario real comenzó el 27 de enero. Si bien los grupos especializados en trabajo voluntario pudieron ayudar desde el principio después del terremoto, los preparativos para los voluntarios civiles se han quedado muy atrás. Actualmente, el trabajo voluntario se limita en gran medida a excursiones de un día y la prefectura transporta a las personas en autobús desde la capital, Kanazawa, a áreas designadas, ya que los cortes de agua dificultan pasar la noche y en consecuencia, solo pueden ayudar unas cuatro horas al día. «Enviamos tantas personas como los municipios necesitan. Tendrán dificultades si enviamos más de lo necesario», ha dicho un funcionario de la prefectura, pidiendo a la gente que se abstuviera de realizar voluntariado individual para evitar confusiones. Limitar el alcance del trabajo voluntario civil no sólo puede reducir la motivación de quienes vienen a ayudar, sino que también puede hacer que las regiones con asistencia limitada se sientan desatendidas, según Takumi Miyamoto, profesor asociado de la Escuela de Graduados en Ciencias Humanas de la Universidad de Osaka, que se especializa en voluntariado en casos de desastre. «Será necesario que la gente venga a escuchar lo que las víctimas necesitan o tienen que decir. Es necesario diversificar los medios para solicitar ayuda, como que los propios municipios soliciten asistencia, además de los registros actuales a través de la prefectura», ha asegurado.
Fuente: InfoBae