Por el protocolo antipiquete porteño, Patricia dejó a Rosario sin gendarmes
El protocolo antipiquete que activó la ministra de Seguridad Patricia Bullrich en Ciudad de Buenos Aires dejó sin fuerzas federales a Rosario, el distrito con mayor tasa de homicidios del país atravesado por una guerra entre bandas narco.
El enorme operativo y despliegue de tropas que se vio en los últimos 15 días para evitar que la izquierda cruce la calle y para reprimir en las inmediaciones del Congreso cuando se debatió la malograda Ley Bases, impactó en una disminución abrupta de gendarmes en Rosario.
Lo curioso es que hace un mes, Bullrich desembarcó en Rosario donde montó un escenario espectacular con la formación a los pies del Monumento Nacional a la Bandera, de las distintas fuerzas federales, vehículos y equipamientos que supuestamente iban a saturar la ciudad.
El nombre del operativo se llamaba “Plan Bandera” y prometía el trabajo coordinado con la policía provincial en la lucha contra el narcotráfico y la inseguridad. Allí, Bullrich prometió mano dura contra el delito y la defensa de las fuerzas de seguridad.
Sin embargo, hace un par de semanas que la presencia de efectivos federales disminuyó visiblemente. El ritmo frenético del deambular de gendarmes, policías federales, prefectos y de seguridad aeroportuaria en las inmediaciones de los hoteles donde se hospedaban se aplacó desde entonces: “quedan muy pocos en Rosario”, dijo a LPO una fuente al tanto del operativo.
Desde el Ministerio de Seguridad de la Nación, sostuvieron a través de un comunicado que con el Plan Bandera “enviamos a Rosario cientos de efectivos” sin dar precisiones. Ninguna administración supo dar un número exacto de agentes desplegados en Rosario.
Además, desde la cartera afirmaron que “se llevaron a cabo más de 90.000 controles vehiculares, 119.000 controles de personas, y realizaron 28 procedimientos de incautaciones, en un esfuerzo conjunto para combatir el crimen organizado en todas sus formas”, entre otros logros.
Con la aplicación del protocolo antipiquete porteño que requirió un despliegue inmenso de fuerzas de seguridad que en algunos momentos superó ampliamente la cantidad de manifestantes que además, todo terminó con una represión feroz con más de 20 periodistas lesionados.
En consecuencia, en Rosario quedó una cantidad ínfima de efectivos de fuerzas federales donde ni siquiera se pudo avanzar en un comando conjunto como pretendía el gobernador Maximiliano Pullaro y la seguridad pasó a ser materia de disputa política con Bullrich.
De hecho, la ministra en una entrevista en La Nación+ sostuvo que tiene el poder de dejar a la ciudad más violenta del país sin apoyo federal porque Pullaro no acompañó la ley ómnibus aunque aclaró que no lo iba a hacer. En los hechos, sucedió más allá de la discusión parlamentaria.
Fuente: La Politica On Line